Pastel de remolacha o betabel y chocolate | Bizcocho original con frosting de remolacha y limón
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En el blog puedes encontrar muchas recetas de tartas y bizcochos, pero hoy te traigo algo muy original y vistoso: un pastel de remolacha con chocolate. Un bizcocho muy fácil de hacer y al que le vamos a poner un frosting a partir de jugo de remolacha o betabel. ¿Suena bien, eh?
La idea la cogí de este brownie de remolacha, pero transformándola en una especie de bizcocho más aireado y añadiéndole una cobertura rosa potente.
En la receta del bizcocho de chocolate y calabacín ya comentaba que la hortaliza apenas aporta sabor. Aquí pasaría algo parecido, aunque en este caso sí se puede apreciar el saborcillo dulzón de la remolacha. En cualquiera de los dos casos, el objetivo es ganar en humedad y conseguir un bizcocho muy jugoso (OjO, que digo jugoso y no esponjoso, que no es lo mismo).
El frosting o glasa que le he puesto se me fue ocurriendo sobre la marcha, para aprovechar el líquido que iba soltando la remolacha cuando la rallaba. Lo mezclé con azúcar glas y no estaba mal, pero necesitaba un refuerzo, así que le metí un poquito de sabor a limón y quedó una cobertura de remolacha de lujo.
¡Vamos con la receta!
Bizcocho con glasa o frosting de remolacha |
Ingredientes para molde tipo cake de 20 cm:
- 1 remolacha mediana cocida
- 85 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 100 g de azúcar moreno (si no tienes, sustituye por blanco)
- 100 g de azúcar blanco
- 1 huevo
- 1/2 cucharadita de vainilla líquida
- 120 g de harina de trigo
- 40 g de cacao en polvo desgrasado
- 1/2 cucharadita de bicarbonato
- 1/2 cucharadita de levadura química tipo Royal
- 1/2 cucharadita de sal
- 150 ml de leche agria o buttermilk*
- Azúcar glas y unas gotas de esencia de limón para el frosting
Preparación del pastel de remolacha y chocolate con frosting:
1. Rallamos la remolacha
Ralla con cuidado la remolacha y separa el líquido que va soltando. Reserva ambas cosas por separado.
2. Mezclamos los ingredientes secos
Mezclamos bien con unas varillas la harina, el bicarbonato, la levadura, la sal y el cacao en polvo (si no lo encuentras desgrasado usa el cacao azucarado tipo Colacao). Reserva.
3. Mezclamos los ingredientes húmedos
Batimos en un bol la mantequilla con el azúcar blanco y el moreno hasta que quede cremosa. Añadimos el huevo y la vainilla y seguimos batiendo. Incorporamos ahora la remolacha rallada
4. Incorpora los ingredientes secos y la leche agria de forma alterna
Vamos añadiendo pequeñas porciones de la mezcla seca y de la lecha agria de forma alterna y sin dejar de batir. Tiene que quedar una masa cremosa.
5. Horneamos el pastel
Ponemos la mezcla en un molde tipo cake y metemos al horno con calor abajo a 180 ºC durante 40 min aprox o hasta que al meter un palillo, éste salga limpio. Después, dejamos reposar 15 min y desmoldamos.
6. Hacemos el frosting de remolacha
Mezclamos 6-7 cucharadas de azúcar glas con 2-3 cucharadas del líquido que resultó de rallar la remolacha y la esencia de limón. La mezcla tiene que tener una consistencia ligera para que el frosting quede bien. Lo vertemos sobre el pastel, dejamos solidificar y ¡listo!
Recomendación: cómete el pastel de remolacha y chocolate de un día para otro, gana en sabor, ya verás.
El colorante natural de la remolacha
La remolacha, betabel o raíz de la planta Beta vulgaris tiene un color rojo-morado debido a unas moléculas que produce la planta denominadas betalaínas (betacianina y betaxantina), y que son beneficiosas para nuestra salud porque tienen un alta capacidad antioxidante, como ocurre igualmente con las betalaínas de los higos chumbos.
Esos pigmentos son solubles (basta con lavarnos las manos para que desaparezca), pero resultan un tanto indigeribles, por lo que es probable que tiñan las heces y la orina (quizás no lo notes tras comerte el bizcocho de hoy, pero prueba con una crema de remolacha, que vas a ver las consecuencias rápidamente).
Esta capacidad de tinción ha sido aprovechada por la industria alimentaria para utilizar el jugo de remolacha como colorante, ahora que tienen mala fama los colorantes artificiales.
A partir de ahora, fíjate bien en la etiqueta de mermeladas, gelatinas, conservas o yogures. Si aparece el código E-162 en la etiqueta, ¡acuérdate de la remolacha!
¡Espero que te haya gustado este post! Cualquier pregunta, no dudes en dejarme un comentario aquí o en mi página de Facebook.
¡Hasta otra!
Tomás García Cayuela
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¡Hola, bienvenid@ a mi blog! Me llamo Tomás y soy Investigador en Ciencias de la Alimentación, Blogger Gastronómico y Social Media Manager. Aquí encontrarás mucha cocina, un poquito de ciencia y un muchito de cultura gastronómica. Recuerda, ¡saber más para comer mejor!
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Qué vistoso, qué color y de remolacha, que no lo he hecho ni probado nunca. Me aninmaría hacerlo sin duda.
ResponderEliminarSaludos
a que queda super vistoso?? y además está bueno!!...no tardes mucho en hacerlo!! jajajaja
EliminarEl frosting me ha vuelto loca! Es genial!!!
ResponderEliminares que tiene un color muy vivo que no pasa desapercibido jejeje
EliminarBesotes
¡¡Fantástico!! Dulce, jugoso, chocolateado... a mi me ha conquistado a primera vista, vamos.
ResponderEliminarNo me gusta demasiado la remolacha, pero viendo la pinta que tiene, frosting incluido, no podría resistirme a darle un pellizco jeje.
Besos.
Muchisimas gracias Debora!! Anímate a hacerlo!!
EliminarBesos
No se que me gusta mas si el color o lo apetitoso que se ve. Me la apunto. :)
ResponderEliminarQuédate con las dos opciones jajajajaja
EliminarGracias!!