Carpaccio de calabacín con langostinos flambeados y aceite de jengibre y vainilla

Este carpaccio de calabacín con langostinos flambeados es un plato muy sencillo de preparar y queda muy resultón. Aderezado con el aceite de jengibre y vainilla, el resultado es una combinación de sabores que te va a sorprender.

El carpaccio es una preparación culinaria usada sobre todo para la carne o el pescado en crudo. Aquí nos saltamos a la torera el término, ya que no solo vamos a utilizar un vegetal -el calabacín-, sino que lo vamos a marcar un poquito en la plancha.

Le vamos a poner langostinos salteados y flambeados con brandy, pero OjO, los vamos a dejar tiesos, tiesos, así que presta atención al truco que voy a dar para que no se tuerzan a la hora de cocinarlos.

Todo va a ir aromatizado con un aceite de jengibre y vainilla. Lo descubrí hace poco y me comentaron que iba muy bien con el marisco. ¡Confirmo que llevaban razón!

Para acompañar, le he puesto hojitas de rúcula, pimienta turca picante y ralladura de lima. Una combinación de ingredientes ideal para armonizar con el vino Barbadillo de Castillo de San Diego.

Carpaccio de calabacín con langostinos flambeados junto al vino Barbadillo

Ingredientes para 3-4 personas:

1 calabacín grande
12 langostinos grandes
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1 chupito de Brandy de Jerez
125 ml de aceite de oliva virgen extra
4 rodajas finas de jengibre fresco
½ rama de vainilla
8-10 hojas de rúcula
1 cucharadita de pimienta turca o pimienta Aleppo
Ralladura de lima
Sal al gusto
Opcional: flores comestibles

Preparación del carpaccio de calabacín con langostinos flambeados y aceite de jengibre y vainilla:

1. Preparamos el aceite aromatizado con jengibre y vainilla

Pelamos el jengibre y cortamos 4 rodajitas finas y las ponemos en un cazo con el aceite de oliva. Añadimos la rama de vainilla desprovista de las pepitas del interior (para ello, haz un corte superficial sobre la vaina con la punta de un cuchillo, ábrela con las manos y desliza la hoja del cuchillo por el interior) y lo ponemos a fuego medio.

En el momento en el que se empiece a dorar el jengibre, apartamos del fuego y añadimos las pepitas que habíamos reservado. Removemos bien y dejamos enfriar. Este aceite aromatizado es mejor hacerlo de un día para otro para que coja más sabor, pero se puede utilizar directamente.

2. Preparamos y cocinamos el calabacín

Cortamos el calabacín en finas lonchas con ayuda de una mandolina o cuchillo bien afilado. Las marcamos ligeramente sobre una plancha caliente durante 30 s por cada lado (o hasta que empiece a caramelizarse la superficie) empleando 1 cucharada de aceite de oliva para todo el calabacín y un poquito de sal.

3. Preparamos los langostinos ¡¡ATENCIÓN TRUCO!!

Pelamos los langostinos (reservamos las cabezas para hacer caldo y utilizarlas en otra preparación) y eliminamos la parte del intestino con la punta de un cuchillo. Con ayuda de un mondadientes, atravesamos todo el cuerpo del langostino, de tal manera que cuando se cocinen no se tuerzan.

4. Cocinamos los langostinos

En la misma plancha donde habíamos cocinado el calabacín, ponemos otra cucharada de aceite de oliva y salteamos los langostinos. Cuando cojan un poco de color, añadimos sal y el chupito de Brandy y flambeamos. Cuando se consuma el líquido, retiramos del fuego. Quitamos los palillos y reservamos.

5. Montaje final

Sobre un plato redondo vamos colocando las rodajas de calabacín superpuestas. Sobre ellas, ponemos los langostinos y las hojitas de rúcula de forma alterna. Aliñamos con 3-4 cucharadas de aceite de jengibre y vainilla por encima. Finalizamos espolvoreando un poquito de pimienta turca picante, ralladura de lima (unos golpecitos solamente) y unas flores comestibles. ¡Listo!