POTAJE DE GARBANZOS CON VERDURAS

Vamos a versionar el tradicional potaje de garbanzos de Pascua, aunque solo un poco. Prescindiremos del bacalao y de algunas delicias cárnicas -véase chorizo y morcilla-, y para compensar su falta, enriqueceremos el plato con verduras varias y otras tantas especias. No os defraudará esta receta, ya que es muy sencilla -casi se hace sola- y muy nutritiva (ojo al dato, gran cantidad de nutrientes y poca grasa). El acompañamiento perfecto sería comerlo en buena compañia y con un generoso trozo de pan; de postre, os propondía un lácteo -una cuajada con miel y nueces encajaría estupendamente-.!Que os aproveche!

Ingredientes:

1 bote grande de garbanzos cocidos
1/2 paquete de espinacas congeladas
2-3 zanahorias
100 g aprox de judías verdes congeladas
2 patatas medianas
1 cebolla
3 ajos
1 pastilla de caldo concentrado de pollo
3 cucharadas de salsa de tomate frito
1 cucharadita pequeña de: sal, comino molido, orégano, pimentón (mejor mezcla de dulce y picante)
1 hoja de laurel
2 cucharadas de aceite de oliva

Preparación y comentarios:

Antes de encender el fuego, sacaremos del congelador las espinacas y las pondremos en el microondas a potencia máxima un par de minutos para descongelarlas ligeramente. También, sacaremos las judías verdes y pelaremos la cebolla, los ajos, las zanahorias y las patatas.
Calentamos a fuego lento una olla con 2 cucharadas generosas de aceite de oliva. Picaremos finamente la cebolla y los ajos, y los añadiremos a la cazuela. Mientras que cogen color trocearemos las zanahorias y las patatas (las cortaremos a cachos, para que luego el almidón que suelte ligue el potaje).
Es importante que esperemos a que la cebolla y el ajo cojan el color dorado-tostado -ya sabéis que es en beneficio de nuestro plato, ya que conseguiremos que tenga más sabor-. Por eso, como tendréis que esperar un ratín, podéis mientras escurrir los garbanzos con un colador e ir fregando los cacharritos que tengáis por la cocina.
Una vez que la cebolla y el ajo están dorados subimos el fuego y empezamos a añadir todos los ingredientes: los garbanzos, la zanahoria troceada, las judías verdes, las espinacas semicocidas y las patatas, además de la salsa de tomate, la pastilla de caldo, el laurel, la sal, el comino, el orégano y el pimentón. Cubrimos con agua y dejaremos que empiece a hervir. En ese momento, bajaremos el fuego al mínimo y dejaremos cocer por un tiempo aproximado de 35 min.
Cuando apaguéis el fuego moveréis la cazuela con movimientos envolventes para que se ligue el caldito. Antes de servir, dejar reposar un tiempo, si lo hacéis de víspera mejor que mejor.

Como veis, este potaje no tiene ningún misterio, además de estar simplificado al máximo al usar garbanzos de bote.

Algunas notas sobre los garbanzos...

Los garbanzos aportan una gran cantidad de fibra, por lo que resultan idóneos en caso de estreñimiento. Además, hay que tener en cuenta que la fibra ayuda a mantener los niveles de colesterol sanguíneo. Pero ¿qué ocurre con aquellas personas que tienden a acumular gases o tienen un estómago/intestino delicado? En estos casos, podéis optar por pasar el potaje por el pasapurés, ya que quedarán retenidas las pieles de los garbanzos.
Si bien los garbanzos son ricos en hidratos de carbono complejos, sus proteinas son deficitarias en un aminóacido esencial, la metionina. El consumo de cualquier cereal compensaría esa deficiencia. Es por ello, que al principio de la entrada os digo que el acompañamiento perfecto es un buen trozo de pan.
Si os sobra potaje y no queréis repetir plato, podéis triturarlo y convertirlo en una deliciosa crema de legumbres y verduras.